Polvo de Sangre

 

Quiero tu sangre joven, que es querer

todo lo que la vida aún no ha podido hacerte.

De lo que me alimento

es de esa inútil sangre esperanzada,

de cuanto sé que ignoras hasta hoy,

y que más nos valdría que no supieses nunca.

De esa manera, por obra de tu sangre,

creo en lo que no creo, y olvido lo que sé

que te ha de suceder. Extracto del Poema "Sangre Joven" de Carlos Marzal

Desde que el ser humano abandonó la vida nómada para establecerse en torno a la agricultura y así fundar las primeras ciudades, que fueron llamadas ciudades-estados, adquirió con ello el sentido de pertenencia y arraigo a la tierra que le sirviese de alimento pero también con ello aprendió el arte de defenderse y conquistar aquéllos lugares que eran más productivos que los suyos. 

El Ser humano y la tierra son y serán siempre entes inseparables, no en vano la leyenda bíblica le advierte " polvo eres y en polvo te convertirás" ,y como entidades difíciles de separar continuamente existirá la lucha por tener los mejores productos que de ella se puedan obtener, algo que podemos ver muy gráficamente es en la historia de Abel y Cain, donde Dios favorece a Abel por la ofrenda qué éste le ofrece y repudia a Caín por los malos frutos ofrendados, quizá en éste mito bíblico encontremos el génesis de la lucha entre hermanos por poseer los mejores resultados de la tierra, el génesis de la envidia y la consecuente maldad humana de convertir al otro en polvo. Es algo que hemos presenciado durante la historia humana, en especial durante el siglo pasado y lo que va de éste milenio. 

La primera guerra se desencadenó por el apetito expansionista; 

cuando Irak invade el polvoriento Kuwait lo hace para apropiarse de las riquezas petrolíferas de éste, desencadenando la guerra del golfo. 

Así muchas guerras se iniciaron por el afán de conquistar terrenos que son estratégicos para algunos países, aún cuando no les pertenezcan. La noción de devolver al otro al polvo, de hacer lodo con sangre quizás acabe cuando los ciudadanos de éste globo nos únamos en torno a la tolerancia y la paz, cuando seamos los suficientes amadores de la justicia como para dejar en manos de ésta la resolución de nuestros conflictos terrenales, cuando le digamos No a la guerra, por muy "santa" que sea.