Muchos venezolanos soñamos esos días, ojalá no tan lejanos, cuando la plena vigencia y el espíritu de los Derechos Humanos sean lo normal en nuestro país.
La inseguridad que cada día acaba con la vida de muchos venezolanos, es una de las más terribles de las deficiencias en lo que es la aplicación de los derechos humanos, que aunado a una demora en la ejecución de la justicia nos coloca cada día cómo presas de quienes ir-respectan nuestros más elementales derechos a vivir en paz, justicia y orden.
Un gobierno que impulsa la justicia social aún no ha podido colocar a Venezuela en un sitial alto en lo que respecta al disfrute y beneficios que suponen los derechos humanos,y es que tanta burocracia no lo deja caminar más allá de su sentido ideológico, algo que es muy pesado para cualquier gobierno.
Son muchas las deficiencias, son relevantes algunos avances en lo que respecta a loa derechos humanos, pero mientras la inseguridad, un justicia lenta, una educación pobre, un sistema de salud débil y poco atendido, entre otras muchas variables sociales poco atendidas hacen que sea difícil decir que somos un país feliz en materia de Derechos Humanos, luchemos porque los derechos humanos sean nuestra realidad de cada día.
La inseguridad que cada día acaba con la vida de muchos venezolanos, es una de las más terribles de las deficiencias en lo que es la aplicación de los derechos humanos, que aunado a una demora en la ejecución de la justicia nos coloca cada día cómo presas de quienes ir-respectan nuestros más elementales derechos a vivir en paz, justicia y orden.
Un gobierno que impulsa la justicia social aún no ha podido colocar a Venezuela en un sitial alto en lo que respecta al disfrute y beneficios que suponen los derechos humanos,y es que tanta burocracia no lo deja caminar más allá de su sentido ideológico, algo que es muy pesado para cualquier gobierno.
Son muchas las deficiencias, son relevantes algunos avances en lo que respecta a loa derechos humanos, pero mientras la inseguridad, un justicia lenta, una educación pobre, un sistema de salud débil y poco atendido, entre otras muchas variables sociales poco atendidas hacen que sea difícil decir que somos un país feliz en materia de Derechos Humanos, luchemos porque los derechos humanos sean nuestra realidad de cada día.
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